SIGNOS DE ALERTA EN EL DESARROLLO PSICOMOTOR
El desarrollo psicomotor es la consecuencia de las múltiples transformaciones neurobiológicas que experimenta el niño desde la concepción hasta la vida adulta y que por tanto a afectan a su desarrollo físico, motor, psíquico, social y del lenguaje. Este proceso madurativo tiene como “director de orquesta” al Sistema Nervioso Central (SNC), cuyo desarrollo va a ir aumentando progresivamente en complejidad y organización hasta lograr el mejor rendimiento funcional, a través de la información que recibe de los sentidos y el aparato neuromotor.
Durante este complejo proceso, el cerebro del niñ@ está expuesto a la acción de múltiples agentes agresores tanto internos (genéticos, malformativos, metabólicos…) como externos (tóxicos, infecciosos, traumáticos…) cuya influencia durante el embarazo, el parto o los primeros años de la vida pueden dificultar su desarrollo.
A diferencia de los adultos, el cerebro de los niños va madurando progresivamente durante los primeros años de la vida, lo cual le confiere una cierta capacidad de reorganización tras una agresión y compensar parte del defecto originado (plasticidad cerebral). Esta particularidad propia de la infancia nos obliga a detectar precozmente los signos de alarma de disfunción cerebral e iniciar lo antes posible el tratamiento pertinente según su déficit: atención temprana y estimulación precoz en el retraso psicomotor; fisioterapia y rehabilitación motriz en la parálisis cerebral; métodos cognitivos-conductuales en el trastorno del espectro autista y/o logopedia en los trastornos específicos del lenguaje.
Para poder detectar estos signos de alarma es preciso conocer la semiología psico-neurológica de los primeros 24 meses de vida y tener en cuenta que en el desarrollo psicomotor existen los siguientes principios básicos que debemos tener en cuenta cuando realizamos una exploración:
Para poder detectar estos signos de alarma es preciso conocer la semiología psico-neurológica de los primeros 24 meses de vida y tener en cuenta que en el desarrollo psicomotor existen los siguientes principios básicos que debemos tener en cuenta cuando realizamos una exploración:
Cada niño tiene un ritmo madurativo propio y una determinada personalidad. Por ello, debemos tener en cuenta que determinados hitos de desarrollo pueden tener una cierta variación sin necesidad de ser considerados como patológico. Por ejemplo, el desarrollo de la marcha cuya adquisición oscila entre los 11 y los 18 meses, y su evolución más lenta no debe ser considerada por si misma como algo patológico si no se acompaña de ninguna otra alteración (hipotonía, aumento del tono muscular, parálisis….etc).
La maduración sigue una progresión de la cabeza a los pies (craneo-caudal) y desde proximal a distal.
El desarrollo sigue una progresión en escalera, es decir, para alcanzar un hito madurativo es preciso haber adquirido el anterior. Por ejemplo, para adquirir la bipedestación es preciso haber adquirido antes la sedestación. También es obligatorio en la evolución psicomotora que para alcanzar un logro es necesario que desaparezcan otros reflejos anteriores, por ejemplo, para adquirir la prensión palmar es obligado que desaparezca la presión involuntaria (el gaspring) de mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario